Distrito Ferrovia, tres propuestas de los vecinos al Ayuntamiento: “Zona histórica, ordenanza antialcohol y comunicación directa con las instituciones”.

El barrio ferroviario de Foggia vuelve a estar en el punto de mira tras semanas de asaltos, atracos, peleas nocturnas, mercadillos ilegales y consumo de alcohol y drogas, incluso cerca de escuelas y lugares de culto. Una serie de incidentes ha vuelto a poner a la ciudad en el foco nacional y ha minado aún más la confianza de los residentes. De ahí el llamamiento del grupo de redes sociales "Defendamos el Barrio Ferroviario", que presenta tres propuestas concretas al Ayuntamiento.
Reconocer el área como zona históricaLa primera solicitud es que el barrio sea reconocido como zona de interés histórico y urbano. «La Ferrovia no es un lugar sin importancia», enfatizan los residentes. «Alberga la Villa Comunale, la monumental fuente de la Sele, el Viale XXIV Maggio y la estación de tren, símbolo de la historia de la ciudad y de la tragedia de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial». El objetivo es aplicar el Código de Patrimonio Cultural y los planes de comercio legalmente exigidos para regular las actividades comerciales repetitivas y fomentar una oferta más diversa, reduciendo la percepción de degradación.
Una ordenanza antialcohol en el área de la estaciónEl consumo de alcohol en la calle se cita como una de las principales causas del deterioro urbano. Por ello, el grupo propone una ordenanza que prohíba la venta de comida para llevar en ciertos horarios y en zonas sensibles. «Muchos municipios ya lo han hecho», recuerdan, «y en Foggia, la administración de Landella adoptó una medida similar. Se necesita coherencia: si la vida nocturna está limitada en el centro de la ciudad, también es necesario abordar el problema estructural».
Una línea directa con los ciudadanos y las institucionesEn tercer lugar, un canal de comunicación inmediato. La idea es crear un grupo de WhatsApp llamado "Defendamos el Distrito Ferrovia - Línea Directa", que incluiría a residentes, la administración municipal, la policía local, representantes de la oposición y periodistas. "Cada denuncia se convertiría en un caso público con tiempos de respuesta y resultados rastreables", explican. "Esto garantizaría la transparencia y acortaría el tiempo entre las quejas ciudadanas y la intervención institucional".
“No pedimos milagros, sino acción inmediata”.Según el grupo, las tres medidas son sencillas, legítimas y de aplicación inmediata: promover el barrio como zona histórica, limitar el consumo de alcohol para llevar y establecer una comunicación directa con los residentes. «No necesitamos eslóganes», concluyen los residentes, «sino decisiones claras, verificables y rápidas. Ahora le toca al Ayuntamiento demostrar con hechos que la ciudad no está sola».
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